
Los nazarenos de la Semana Santa –o penitentes según el uso lingüístico de muchas ciudades españolas– son los hermanos de las respectivas corporaciones penitenciales que vistiendo el hábito de ordenanzas acompañan, durante la Procesión de Penitencia de la hermandad a la que pertenecen, a las imágenes titulares de la misma entronizadas en pasos o tronos como se denominan en Málaga1 .
Son identificados en la mayoría de los casos por sus vestiduras, va ataviado de capirote o capuz, túnica y capa (cada región posee su propio nombre significando lo mismo), distinguiéndose de una cofradía o hermandad a otra por diversas características, ya sea el color, emblema que identifica a cada grupo, aunque no se da en todos los casos, hay quien va vestido de traje y forma parte de la comitiva. En ocasiones, la capa es sustituida en algunas hermandades por una cola, que suele ser recogida en un cíngulo o en un cinturón de esparto, para que no arrastre.
La forma cónica de los capirotes de los nazarenos evoca un acercamiento del penitente al cielo, interpretado por muchos cristianos como lugar de salvación. Este valor simbólico es análogo al que tienen los cipreses, árboles de copa puntiaguda, en los cementerios cristianos, que acercan al difunto al cielo, lugar en el que según algunas creencias se desarrolla la vida tras la muerte.
Entre los mismos nazarenos también existen diferencias, algunos van descalzos haciendo así más dura su penitencia, otros portan cruces, están los que llevan diversos elementos representativos de la hermandad, objetos musicales, incensarios, etc.
Según la terminología de la semana santa sevillana los términos nazareno y penitente no son sinónimos. En La Roda de Andalucia se llama nazarenos a los cofrades que vistiendo el hábito de reglas acompañan a los pasos bien portando cirios, bien alguna de las insignias de la hermandad. Los nazarenos sevillanos se distinguen por llevar siempre (salvo que actúen como manigueteros o porten un estandarte especialmente voluminoso o pesado) el capirote armado, es decir, enhiesto merced al soporte que le presta en su interior un cono de material rígido. Por su parte, los penitentes en la terminología sevillana son igualmente cofrades que visten el hábito de reglas en la estación de penitencia, pero cuya participación en la misma se define por portar una o varias cruces (en este caso unidas entre sí) tras uno de los pasos de la cofradía. Los penitentes se distinguen además de los nazarenos por llevar siempre el capirote sin armar, de modo que se deja caer a la espalda la parte cónica del mismo destinada en los nazarenos a ir enhiesta sobre la cabeza.
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